En la emblemática Plaza Sant Jaume se conserva uno de los escasos edificios residenciales que aún perduran en este enclave histórico. Construido en el año 1850, este inmueble convive diariamente con dos instituciones fundamentales de nuestra ciudad: la Generalitat de Catalunya y el Ayuntamiento de Barcelona.
Desde nuestra labor de administración, acompañamos a los Propietarios en la gestión integral del edificio, con el compromiso firme de preservar su valor patrimonial y garantizar su óptimo estado de conservación, en uno de los espacios más representativos de Barcelona.
Propietarios y Administradores compartimos la responsabilidad de contribuir al mantenimiento del paisaje urbano de la ciudad, mientras que las instituciones públicas tienen el deber de generar las condiciones necesarias para que Barcelona siga siendo reconocida como una de las ciudades más bellas del mundo.