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Entre el embalaje de las cajas, el alquiler de un camión y los diversos trámites administrativos, la mudanza puede ser aparatosa y el medioambiente deja de ser una prioridad.

Las mudanzas suelen traer consigo una montaña de plásticos, envoltorios de burbujas y otros residuos que podrían evitarse. Aquí os damos unos consejos para una mudanza más ecológica y responsable:

1. Clasificación: el paso esencial

Antes de empezar a hacer cajas, es esencial hacer un inventario de todos nuestros objetos y muebles para ordenarlos: esto nos permitirá ver las cosas con más claridad y tener menos enseres que empaquetar y transportar.

Apartemos todo aquello que seguro vamos a quedarnos para nuestro nuevo hogar: muebles en buen estado, electrodomésticos, adornos, etc. Del mismo modo, seleccionemos los objetos de los que queremos deshacernos, ya sea porque no están en buen estado o simplemente porque ya no nos gustan.

Podemos vender muebles y electrodomésticos en sitios web y aplicaciones para venta de segunda mano.

Si no tenemos coche, o si los objetos de los que nos queremos desprender son demasiado grandes, algunas asociaciones o el Ayuntamiento pueden venir a recogerlos directamente.

Otra buena solución es donar lo que ya no vayamos a usar. Numerosas redes sociales, aplicaciones y sitios web permiten publicar anuncios de donaciones de artículos que se recogen en nuestra casa.

Para la ropa en buen estado, podemos en venderla en Internet o donarla a asociaciones.

Por último, si queremos desprendernos de los objetos que ya no usamos y tampoco se pueden reparar, podemos acudir a nuestro centro de eliminación de residuos.

2. Upcycling: transformar en lugar de tirar

¿Tenemos muebles en buen estado, pero ya no nos gustan? Podemos personalizarlos en lugar de tirarlos o regalarlos. Con una lija, pintura y barniz, podemos darles una nueva vida.

Las redes sociales como Pinterest e Instagram ofrecen tutoriales, inspiración y otros consejos prácticos para conseguir muebles únicos a partir de los que ya tenemos. Además de ahorrarnos trabajo en comprar muebles nuevos, que generan muchas cajas de cartón, embalajes de plástico y poliestireno, el upcycling nos da la satisfacción de haber transformado nosotros mismos nuestros muebles.

3. Recoger cajas o contenedores reutilizables

Lo más importante en una mudanza son obviamente las cajas. Si no tenemos suficientes en casa, podemos buscarlas en tiendas locales. Farmacias, librerías, supermercados y otros comercios reciben sus existencias en cajas grandes de las que luego tienen que deshacerse: ¡seguro que estarán encantados de dárnoslas!

Para cerrar las cajas es mejor elegir una cinta de papel en lugar de plástico. Es igual de resistente y se puede reciclar mucho mejor.

Como último recurso, en lugar de comprar cajas nuevas, pensemos en alquilar contenedores de mudanza reutilizables. Una vez terminada la mudanza, podemos regalar las cajas que aún estén en buen estado: ¡pueden ayudar a otra persona a mudarse!

4. Olvidemos el plástico de burbujas para embalar

Este tipo de plástico es muy difícil de reciclar. Podemos envolver nuestras pertenencias en papel de periódico o papel usado. Para los objetos más frágiles, como la vajilla y la decoración, podemos utilizar paños de cocina, sábanas y toallas de baño, que son mucho más eficaces y ecológicos que el plástico.

5. Elegir un transportista especializado en mudanzas ecológicas

Para reducir la huella de carbono de nuestra mudanza, podemos contratar una empresa de mudanzas profesional con prácticas responsables. También podemos optar por trasladarnos por nuestra cuenta y alquilar un vehículo eléctrico o híbrido, o uno que funcione con biocombustible para limitar la contaminación generada por el traslado.

Muchas empresas de mudanzas también ofrecen la posibilidad de aprovechar el viaje de vuelta -que normalmente va de vacío- de sus camiones a sus almacenes. Nos beneficiaremos de una tarifa reducida y aprovecharemos un viaje que se haría en cualquier caso.