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Wabi-sabi es una tendencia que conjuga el minimalismo con el respeto a los materiales que ofrece la naturaleza y no busca la perfección. Es disfrutar de lo incompleto, lo irregular, lo antiguo y alejarnos de lo convencional.

Japón siempre ha tenido algo de misterioso para el mundo occidental. Su historia, sus costumbres, su forma de vivir. Todo tiene un punto exótico que resulta magnético y profundamente atrayente. El interiorismo tampoco se escapa de la influencia nipona.

Hoy, hablaremos de esta nueva tendencia en decoración: el wabi-sabi. Filosofía oriental en cada rincón de casa.

Principios de la filosofía wabi-sabi

La estética del wabi-sabi apuesta por admirar la belleza en los objetos imperfectos. Le da valor al rastro que deja el paso del tiempo sobre todo aquello que rodea al ser humano. Esas cicatrices, esas huellas o marcas se convierten en estímulos de belleza profunda por lo que son y por lo que significan.

Si hay un mantra en la filosofía wabi-sabi es que todo pasa, todo es transitorio. Esa visión melancólica es perfectamente compatible con un enfoque alegre de la vida que se alimenta del cambio y crecimiento constantes.

El desafío continuo a las reglas establecidas de la belleza es una constante. No se aspira a que todo perdure para siempre. Se disfruta del momento, sin grandes expectativas. La belleza fugaz o la encerrada en imperfecciones producen una gran satisfacción.

El Wabi-Sabi busca una visión intuitiva del mundo y se pasea por lo imperfecto con total calma. Profundiza en la elegancia y disfruta poniendo una nota discordante ante tanta uniformidad y exactitud. Al final, siempre está presente la idea de que las huellas del tiempo aportan serenidad y que todo está incompleto.

Origen

Toda esa reivindicación del alma de lo imperfecto se inició en el momento en que un monje japonés se desmarcó de lo establecido. En pleno siglo XVI, en la ceremonia del té, utilizó cuencos y vasijas artesanos alejados de las piezas de líneas rectas que venían de China. En ese momento, se puso la primera piedra de la filosofía wabi-sabi que se convirtió en modo de vida y hasta en estilo decorativo.

La filosofía del wabi-sabi ha condensado todos sus principios y ha dado lugar a una corriente estética que sitúa la imperfección en el epicentro del estilo. De esa manera, se apuesta por mobiliario sencillo y por objetos artesanales y tradicionales.

Se busca claramente la calidez que pueden aportar los materiales naturales. De la misma manera, se otorga mucho valor a todos aquellos accesorios que acumulen historia y aporten alma al hogar.

La decoración wabi-sabi

Tiene ciertas conexiones con el estilo minimalista. También se huye de los espacios recargados y se apuesta por ambientes sencillos. El “menos es más” también funciona con el interiorismo wabi-sabi.

Si hay una tendencia que se repite es el respeto hacia el trabajo artesanal. Esa inclinación se refleja en la predilección por objetos hechos a mano, únicos, sostenibles y que transmiten emoción. La pureza de la materia prima y el respeto al resultado son fundamentales.

Con todo ello, se buscan ambientes que inspiren armonía y quietud y se pone el foco sobre piezas antiguas y con recorrido. Los espacios guardan el orden, huyendo de las simetrías y empleando elementos orgánicos.