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Las molestias provocadas por el exceso de ruido en las comunidades de propietarios es uno de los males más comunes que se están produciendo actualmente en la convivencia.

Elevar mucho el tono de voz en nuestra vivienda, poner la música hasta altas horas de la madrugada o a horas de siesta, el uso de instrumentos musicales en los inmuebles…

Todas estas malas prácticas y costumbres provocan grandes problemas, cuando no se adoptan medidas de insonorización y los ruidos y molestias hacen insoportable la convivencia en una comunidad.

¿Qué pueden hacer las comunidades de propietarios?

Según la normativa vigente en Barcelona, está prohibido hacer ruido en el domicilio en días laborables, de lunes a viernes desde las 21:00h y hasta las 07:00 horas de la mañana.

También se fijan estos tres horarios que determinan el límite de ruido permitido en las viviendas:

De 07.00 a 21.00h

De 21.00 a 23.00h

De 23.00 a 07.00h

Sala de estar

35 dB

35 dB

30 dB

Dormitorio

30 dB

30 dB

25 dB

Cocinas y baños

40 dB

40 dB

40 dB

 

Los problemas del ruido en las comunidades de propietarios, deben resolverse bajo el sentido común, siempre por la necesidad de tratar de evitar situaciones que a la colectividad puedan molestar respecto a actuaciones que en algunos horarios puedan perjudicar el descanso de los vecinos. Pero todo esto debe ser contemplado en el escenario de no convertir una comunidad en el lugar de las “prohibiciones”, donde exista una especie de “Código de conducta” que encorsete toda la actividad de los vecinos en cuanto lo que se puede hacer y lo que no.

¿Cómo abordar el ruido en una comunidad de propietarios?

En primer lugar, fomentar la comunicación entre los residentes de la comunidad para abordar los problemas del ruido. Si hay un vecino ruidoso, es importante hablar con él y hacerle saber cómo su ruido está afectando a los demás residentes. La mayoría de las veces, los vecinos no se dan cuenta de que están siendo ruidosos, y una conversación amistosa puede ser suficiente para resolver el problema. Si no se puede hablar directamente con el vecino, se puede pedir ayuda al administrador de la comunidad o a un mediador.

¿Cómo se les puede pedir a los niños que no hagan ruido?

Cuando juegan en casa o cuando se encuentran en las zonas comunes, no hay una “medida del ruido” que determine a qué volumen deben hablar, con las dificultades inherentes a este problema que conlleva decirles a los niños que no griten, o que no jueguen, o que no levanten la voz.

Toda esta temática puede recogerse en las normas de régimen interno aprobadas por mayoría simple en la junta, donde pueden fijarse normas que no tienen por qué considerarse “invasoras” en la convivencia, como son el horario de uso de la piscina, a qué hora pueden jugar los niños y la que tienen prohibida, ya que es posible fijar un calendario de uso de elementos comunes porque evidentemente, deben compararse todos los derechos, pero también el derecho sagrado al descanso.

De este modo, debemos intentar poner en comparación todos los derechos y, sin invadir el derecho de los niños al entretenimiento, los padres deben ser conscientes de que los niños no pueden asumir prohibiciones, sino que deben ser ellos los que les expliquen por qué deben guardar silencio a determinadas horas, o no hacer ruido, sin que ello tenga por qué afectarles en su desarrollo, o ser impeditivo de la libertad de los ciudadanos.

En cualquier caso, este tema debe observarse desde el caso concreto y valorar cada supuesto, cada circunstancia, para dar una respuesta concreta en relación a si se está llevando a cabo una conducta ruidosa insolidaria por una persona que falta el respeto a los demás mediante el ejercicio del ruido.

Para casos extremos donde no es posible llegar a una conciliación con nuestros vecinos, se puede actuar tanto por la vía civil como por la penal. La diferencia radicará en la gravedad de la conducta llevada a cabo, y las consecuencias para los vecinos que de estas infracciones se pueden producir.